Restauración matrimonial
–Siempre lo he dicho y lo afirmo, para ver restauración matrimonial no solamente tenemos que orar; aparte de orar, hay que tener voluntad; aparte de tener voluntad, hay que estar dispuesto a trabajar, y aparte de estar dispuesto a trabajar, hay que dejar de ser tacaño, hacer un esfuerzo e invertir tiempo y recursos en lo que nos va a ayudar a fortalecer el matrimonio.
Nosotros Luis y Maricela Lovato pasamos todo este proceso, (imagen abajo) , sin haber llegado a atravesar crisis graves, como adulterio, ni golpes de ninguna de las partes, y aun así fue difícil, largo y tedioso; pero después de más de 10 años de gran estabilidad puedo decir que valió la pena cada centavo invertido para transformar y restaurar nuestro matrimonio, aunque como muchos matrimonios pasamos los primeros tres años batallando en diferentes crisis.
Estos eventos y retiros espirituales en verdad nos ayudaron en gran manera a que Dios sanara heridas en ambos, que Dios nos hiciera libres de ataduras a los dos, y nos ayudó a elevar nuestra relación personal con él y desarrollar así hábitos que fortalecieran nuestro matrimonio aplicando principios y valores en la vida cotidiana de nuestra relación de pareja.
Si usted está atravesando crisis en su matrimonio, los consejos por estos medios realmente se quedan cortos y probablemente no podrá recibir una consejería exitosa porque no tendrán claro el panorama completo del estado de su matrimonio, especialmente si solo uno quiere y está buscando la restauración, lo mejor es buscar una Iglesia local y encontrar a personas líderes que trabajen en esta área de restauración matrimonial y pasar un proceso allí.
Cabe destacar, que hay matrimonios que pasaron exactamente este proceso con nosotros y ya están separados, y otros que vieron de menos pasar estos talleres, o pensaron que estaban bien y que no los necesitaban, y otros querían todo gratis y dijeron que no tenían para invertir en eso, muchos de ellos igual ya están separados. Porque éstas son solo herramientas que realmente ayudan solo a los que de verdad están dispuestos a poner en práctica y aplicar en el día a día todo lo que enseñan y se aprende en estos talleres.
Se entiende que no toda congregación tienen eventos y un enfoque constante a sanar y restaurar matrimonios y familias; pero traten de pasar juntos el taller que tengan allí en su Iglesia local, y también ponga en práctica los consejos de lugares y páginas cristianas confiables y bíblicas que publiquen videos y consejos enfocados a matrimonios y a las familias.
Deseamos de todo corazón,
¡Qué Dios bendiga su matrimonio y toda su familia!
Atentamente:
Luis y Maricela Lovato (FAMILY FIRST).

Anexo: Diferentes razones por las que algunos matrimonios no pueden ver restauración.
1.– No hay voluntad de uno de los dos, a veces pasa que uno en vez de ser una ayuda, es una carga pesada para el otro, (ojo y eso ya por muchos años). Solo uno asiste a la Iglesia, solo uno, ora, solo uno sirve, solo uno está en total disposición de pasar un proceso, que el otro ni pagándole quiere pasar.
2.– Por experiencia de casos conocidos, donde hemos visto restauración genuina, ha ocurrido porque el hombre buscaba la restauración más que su mujer, esto no quiere decir que si la mujer quiere y el hombre no, no puede ocurrir restauración; quiere decir, que la influencia del hombre es mayor en su mujer, que la de su mujer sobre él, esto no es invento nuestro, es una realidad bíblica que coloca por cabeza del matrimonio al hombre y a su mujer como ayuda idónea, no al revés.
3.– Algunos matrimonios que han vuelto a vivir juntos después de una infidelidad, o estuvieron separados por algún motivo, no quiere decir que ya tienen un matrimonio restaurado, muchos se saltan todo el proceso, por emociones o sentimentalismos o presiones familiares o religiosas y vuelven a vivir en relación conyugal sin que el que falló, se arrepienta de corazón y sea consciente del daño que causó, y sin que pida perdón y se gane con sus actos y acciones una nueva oportunidad, muchos se vuelven a juntar creyendo simplemente a la palabra que en ese punto no tiene ningún valor, ni debe alguien tomar tal decisión solamente por palabra, quien falló debe ganarse la confianza otra vez y eso no es de la noche a la mañana.
4.– Las estadísticas no mienten, la mujer es la que en su mayoría está más interesada en restaurar su matrimonio, tener un hogar estable y una familia unida, la mujer es la que en la mayoría de casos está más dispuesta a buscar y seguir consejos, buscar ayuda para transformar su relación y luchar sin cesar por salvar su matrimonio. En esta página de cada 100 seguidores, 87 son mujeres y 13 hombres.
En la mayoría de congregaciones sirven más mujeres, que hombres y hay más actividad ministerial por parte de mujeres, que de hombres, eso no quiere decir que en todas sea lo mismo, pero este porcentaje muestra la falta de interés de que hombres estén conectados con Dios y eso disminuye considerable y gradualmente que haya restauración matrimonial.
5.– Que prefieran callar; es decir, que aunque estén en crisis, que no se hablen en casa, aunque duerman separados, y pasen más días peleados que contentos, el orgullo de uno o de ambos no les permita buscar ayuda, por no perder cargos, o privilegios, o por dis que cuidar la imagen, o librarse del "qué dirán", y solo pasan comparándose con otros matrimonios que estén peor y piensan que ellos están bien al estar mejor que esos otros matrimonios, y terminan conformándose a vivir un día a la vez; es decir, pasar un día más como casados aunque vivan como perros y gatos, lastimándose, hiriéndose y faltándose el respeto a diario, uno al otro.
Por favor, sean humildes y reconozca que necesitan pasar un proceso de restauración matrimonial.
Su amigo y hermano en Cristo.
Luis Lovato